Recuerda que me sostenías de las manos,
mientras yo, tumbada en el suelo,
te veía amanecer.
La luna ya dormida,
y nosotros bailandole al sol.
Es el momento de bailarnos,
con mi cintura,
tatuada con tus poemas.
No me sueltes de las manos,
abrázame,
siénteme,
Y recuérdame en cada detalle.
Ya me duele la piel,
de tantos golpes,
de besos.
Isabel efe.
Adoro, ver amanecer a una persona, es la pureza del momento.
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